Río de Janeiro es quizás una de las ciudades más hermosas del mundo y el Pan de Azúcar uno de los lugares más fotografiados por sus visitantes. Junto al Cristo del Corcovado son los íconos de Río y de Brasil, cuyas imágenes son ampliamente difundidas en paquetes turísticos, tarjetas postales y teleseries de la red O Globo.
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Me quería alejar un poco de la locura de los días de carnaval en Río de Janeiro y buscar un lugar más tranquilo. Tomé una guía de viajes y partí con mi mochila a la rodoviaria de Río a buscar mi nuevo destino.
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Mucha gente sueña con encontrarse, por lo menos una vez en su vida, con un famoso dando la vuelta a la esquina o comprando en el mercado. Bueno, este no es el caso, pero es como si lo fuera, por lo menos un poco.
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Río de Janeiro, al igual que todas las grandes ciudades, posee además de un rostro perfecto que adorna las portadas de las guías de viajes, un Lado B reservado sólo a los locales. La capital del turismo en Brasil es escenario de grandes desigualdades sociales, por lo general mimetizadas entre la belleza de sus playas y el glamour del carnaval.
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Parque ecológico Genipabú El Parque Turístico Ecológico Dunas de Genipabú se encuentra en el municipio de Extremoz a 20 kilómetros de Natal, la capital del estado de Río Grande do Norte en el nordeste de Brasil. El parque está comprendido por una laguna, un área de dunas, una playa y un área ecológica protegida. La […]
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La dinámica es muy simple: sales a la calle disfrazado de algo entretenido y te unes a algunos de los muchos «blocos» simultáneos que recorren Río de Janeiro para dar inicio al Carnaval. Amigos, familias, parejas o simples turistas dan vida a un desfile interminable de colores, baile y buenas energías.
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El Carnaval de Río de Janeiro en Brasil ha sido llamado con mucha justicia por los propios cariocas como «El espectáculo más grande de la tierra». Es precisamente esa fama, a veces salpicada de excesos, que congrega cada año a miles de visitantes, tanto brasileños como extranjeros a desparramarse por todo Río para disfrutar de la alegría y el brillo de una semana que a ratos roza la locura.