No podría explicar lo maravilloso de Chefchaouen de mejor forma que no sea a través imágenes. Y eso fue lo que decidí hacer, caminar por sus calles y maravillarme con su belleza, su tranquilidad y sus múltiples encantos. Subiendo escaleras, perdiéndome en sus callejuelas, acariciando gatos y por supuesto, disfrutando de su intenso azul.