Experiencias y relatos de viaje
Detrás de cada persona hay historias por descubrir. Estas son algunas experiencias y relatos breves de encuentros con personas comunes caminando por las calles del mundo. Miradas casuales que duraron un segundo o se extendieron en el tiempo convirtiendo estos encuentros en parte de nuestras vidas.
Selecciona alguna de las historias que te puedan interesar
– El diálogo con una mujer que camina con una bandera en sus manos en las calles de Cracovia, Polonia.
– El retrato de un joven viajero ruso compartiendo una hostal en San Petersburgo.
– La cálida imagen de un pequeño niño, que espera a su padre en un mercado de Puno, Perú.
– El encuentro con Carmen en una parada de buses de Salamanca, España.
– Un día en la vida del Hombre de Agua, un personaje que viaja con una maleta.
– Unos minutos de pausa para conseguir el retrato de una mujer que preparaba Tajine en un restaurante de Essaouira, Marruecos.
– El descanso de Miroslav, un adorable personaje de la calle Mosteka en la zona vieja de Praga.
– La fotografía de dos personas desconocidas que toman rumbos diferentes en un callejón de Essaouira en Marruecos.
– La noche y el frío de Moscú no son obstáculo para hacerle un retrato a una joven rusa.
– La historia de una pareja que dejó Moldavia para probar suerte en República Checa.
– La imagen de Miguel esperando una tormenta en la isla Santa Rosa en el Amazonas de Perú.
– Mi primera anfitriona de Couchsurfing en Stuttgart, Alemania.
– Una familia de boxeadores posa frente a su edificio en el barrio Santo Tomás de Santiago de Cuba.
– Una reflexión sobre cómo los retratos logran contar historias.
– Un hombre de una larga barba blanca llamado Bogdan, sonríe a la cámara con un viejo libro en sus manos en Cracovia, Polonia.
Raulina de Tocaña

Cuando busqué transporte para ir a la comunidad de Tocaña, en los Yungas de Bolivia, la gente me dijo “no va a encontrar a nadie allá porque todos trabajan en el campo”. Y literalmente así fue. Llegué temprano por la tarde a un pueblo fantasma donde todo era silencio.
Luego de caminar un poco me alegró encontrar a Raulina sentada afuera de su casa en lo alto de una pequeña colina. La primera persona que veía en el pueblo. Ella me contó que pasaba solita todo el día hasta que regresaba su esposo de trabajar en el campo. Ella tiene 75 años y desde los 18 vive en Tocaña.
Le expliqué la belleza de la luz que entraba por la puerta de su casa y de lo feliz que estaría de poder fotografiarla. A pesar de que accedió a un retrato no sonrió en ningún momento, tal vez producto de mi inesperada visita. Junto a su casa Raulina tiene una pequeña tienda donde compré unas galletas que se transformaron en mi almuerzo de aquel día.

Artyom, San Petersburgo, Rusia / En Rusia es habitual que los huéspedes de las hostales sean trabajadores o estudiantes que permanecen toda la temporada en las grandes ciudades, por lo tanto cuando te encuentras con un viajero moviéndose de un lado a otro, lo más probable es que te conectes inmediatamente y coincidan en temas comunes.
Artyom o Tommy para los amigos, es un audiovisualista que conocí en San Petersburgo, en la misma hostal que me inspiró a escribir un relato anterior sobre sus huéspedes. Compartimos el mismo cuarto de muros blancos y camarotes de madera con aquella mujer ucraniana que hablaba todo el tiempo y varios otros personajes que fueron rotando. Charlamos sobre proyectos, tecnología, viajes y todos esos temas que aparecen en las áreas comunes de las hostales, cuando la gente hace su vida rutinaria y después de un par de días varios rostros te resultan familiares y los saludas al desayuno.
Una mañana le propuse hacer algunas fotos para mi proyecto «Retratos del mundo». El sol del otoño apareció tibiamente por sólo unos minutos y había que aprovecharlo.

Gianina, Cracovia, Polonia / Cada 11 de noviembre los polacos celebran el Día de la Independencia y salen a la calle a celebrarlo. Gianina venía sonriendo con una bandera blanca y roja en sus manos. Me contó que no nació en Cracovia pero que su marido vino aquí hace muchos años por motivos de trabajo y se terminó enamorando de este lugar. Cuando le conté que vivo en Chile sus ojos se abrieron aún más y se dibujó otra sonrisa en su rostro. ¿De verdad?, sí claro le respondí. “Muchas gracias por compartir este momento”, fue lo último que le dije. Me dio la mano y se perdió otra vez entre la multitud.
Niño de Puno

André, Puno, Perú / Comienza a caer la tarde y André de 4 años espera a su padre jugando a la pelota, a un costado de la línea férrea que atraviesa una de las tantas ferias libres en las calles de Puno, Perú.

Carmen, Salamanca, España / Mi encuentro con Carmen no pudo ser más casual. En una parada de autobús, recién llegado a Salamanca le pregunté algo así como ¿sabes qué bus me sirve para llegar al centro?. En realidad le pude haber preguntado a cualquier otra persona pero sólo ella estaba en ese lugar y supongo que eso es parte del destino. Hablamos un par de cosas arriba del bus y casualidad, nos bajamos en la misma parada, frente a la oficina de correos. Carmen es licenciada en historia y después de todas esas señales era imposible no salir a conocer la ciudad acompañado de alguien que sabe del tema.

Diego, Antofagasta, Chile / Diego ha logrado vivir viajando, aunque me confiesa no ser un mochilero. «Uso maleta porque me resulta más cómodo para trayectos largos, pero una vez que me instalo en una nueva ciudad, visito los pueblos cercanos con una pequeña mochila». Nunca vi su cara, pero no fue necesario para adivinar que era de Córdoba, Argentina, por su acento tan particular. Hace más de un año que está en Chile moviéndose entre ciudades. El traje del Hombre de Agua lo fabricó él mismo, es liviano y solo tarda 10 minutos en caracterizarse. «La gente disfruta con el personaje, sobre todo los niños porque no soy una estatua viviente, yo me muevo e interactúo con el público», me lo cuenta mientras baila y saluda a quienes pasan cerca. Entre sus planes está irse pronto a Asia, el próximo destino del Hombre de Agua.
Preparando Tajine en Essaouira

Essaouira, Marruecos / Una mañana caminando por Essaouira me llamó la atención a la entrada de un restaurante la comida que hervía en la calle a la vista de la gente. Le pregunté a esta mujer si podía fotografiar el Tajine que preparaba. El Tajine es un hermoso utensilio de barro cocido típico de la zona del Magreb al norte de Africa donde se preparan platos que llevan el mismo nombre. Ella me dijo sonriente que no había problema, «puedes fotografiar la comida y el restaurante si quieres». ¿Y podría hacer un retrato suyo también? le pregunté aún sin tomar mi cámara. «¿Para qué quieres tomarme una foto?, es más interesante el lugar y la decoración» me respondió. «Soy fotógrafo, me interesa retratar a las personas de los lugares que visito, pero antes prefiero preguntar». Después de pensarlo un momento ella accedió y se mostró muy natural frente a la cámara lo cual agradecí. Cruzamos a una tienda de instrumentos musicales donde una persona amiga anotó mi teléfono para enviarle la foto más tarde pero nunca me contactó. Cuando hago una fotografía no puedo saber si algún día necesitaré publicarla y obviamente conocer el nombre de la persona crea una mayor cercanía. Tan valiosa como las fotografías que guardo en mi cámara es la pequeña libreta donde anoto cosas que deseo recordar, como el nombre de las personas por ejemplo.

Miroslav, Praga, República Checa / Es casi mediodía en Praga y en medio de la concurrida calle Mostecka, algo llama mi atención. Es Miroslav que trabaja representando a un bufón que inspira a las parejas ofreciéndoles un marco con forma de corazón a cambio de una fotografía. Me quedo observando un momento y trato de no molestar, Miroslav habla por teléfono mientras se fuma un cigarrillo. Es su descanso y es sagrado.
– ¿Puedo tomarte una foto?
– Claro, no tengo problemas con las fotos.
– ¿Cómo ha estado tu día hoy Miroslav?
– No muy bueno, ha estado bastante flojo.
– ¿Te quedarás todo el día a trabajar aquí?
– No, hoy no vendré a trabajar por la tarde, está de cumpleaños mi madre y quiero estar con ella. Le hice algunas fotos y en segundos se marchó.
Miroslav, Prague, Czech Republic / It is almost noon in Prague and in the middle of the busy Mostecka street, something catches my attention. It is Miroslav who works representing a jester who inspires couples by offering them a heart-shaped frame in exchange for a photograph. I stare for a moment and try not to disturb, Miroslav talks on the phone while smoking a cigarette. It’s his rest and it’s sacred.
– Can I take a picture of you?
– Sure, I don’t have a problem with photos.
– How has Miroslav been today?
– Not very good, it has been quite loose.
– Will you stay here all day?
– No, I will not come to work in the afternoon today, my mother is on her birthday and I want to be with her. I took some pictures of him and in seconds he left.

Calle Chbanat, Essaouira, Marruecos. / Hay veces que no miro inmediatamente las fotos que hago. Suele ocurrir que entre el material de un viaje se queden buenas imágenes perdidas en carpetas que nunca revisé con detención. Esto me sucedió con esta foto de Essaouira. Recuerdo haber caminado por esta calle varias veces aquel día esperando que sucediera algo distinto. Me topé con gatos, gente en bicicleta, voces de personas que venían detrás de la calle y que no llegué a fotografiar. Hoy me encontré con esta imagen y me gustó. Ambas personas vienen desde la misma dirección pero toman rumbos diferentes. El hombre a la izquierda y la niña a la derecha saliendo del cuadro al mismo tiempo, como sucede también en la vida cuando debes definir dónde deseas estar.

Marina, Moscú, Rusia / Para mi siempre ha sido un desafío fotografiar de noche, mucho más cuando está lloviendo y las condiciones climáticas no son las mejores. Es esencial conseguir una iluminación natural, sobre todo para hacer retratos y eso no es algo fácil. A Marina parecía no importarle demasiado el frío de Moscú. Le pedí se quitara el abrigo por algunos minutos para hacer fotos y debo admitir me sorprendió su respuesta. “No siento mucho frío, recuerda que soy rusa” me dijo cuando se detuvo la lluvia y saqué mi cámara.

Ina y Tolic, Moldavia / A Ina y Tolic los conocí en el hotel Panorama de Karlovy Vary, una hermosa ciudad balneario a 2 horas de Praga. Ellos llegaron desde Moldavia a probar suerte a República Checa, dejando a su pequeña hija viviendo en su país esperando regresar. Una noche los escuché hablando por teléfono con ella y me sentí muy identificado con el momento. Trabajando lejos de casa todo se siente diferente, mucho más emocional y sensible. Ambos trabajaban en la cocina del hotel donde me hospedé haciendo Couchsurfing. Como yo no era un pasajero oficial, mi anfitriona que en realidad era la dueña del recinto me dijo «estamos en temporada alta y todas las reservas están copadas ¿te importaría ocupar una pequeña habitación en el último piso?», eso fue lo mejor que pudo suceder. Compartí por 3 noches el mismo piso con rusos, ucranianos y moldavos, todos trabajadores del hotel. El día que me fui de Karlovy Vary me despedí de todo el mundo, como si hubiese pasado unos días en casa de un familiar.

Miguel, Isla Santa Rosa, Perú / Faltan pocos minutos para la llegada de una tormenta y Miguel se pasea entre las casas que separan la orilla del Río Amazonas y el centro de la Isla Santa Rosa en el Amazonas peruano. Miguel no se preocupa porque sabe que primero viene el viento que le servirá para encumbrar su pequeña cometa improvisada con un trozo de papel y un poco de hilo. Cuando la lluvia y los rayos se calmen, será hora de volver a casa, suficiente juego por hoy.
Miguel, Isla Santa Rosa, Peru / A few minutes to the arrival of a storm and Miguel walks between the houses that separate the bank of the Amazon River and the center of Santa Rosa Island in the Peruvian Amazon. Miguel doesn’t care because he knows the wind is coming to help him ride his little makeshift kite with a piece of paper and a little thread. When the rain and lightning calm down, it’s time to go home, enough play for today.

Kathrin, Stuttgart, Alemania / Kathrin fue mi primera anfitriona en Alemania. Ella vive en una hermosa casa en Stuttgart, de esas con piso de madera, muros blancos y rincones especiales con postales de viajes que tanto me gustan. Ella vivió en Chile y considera a mi país su segundo hogar “cuando vi que eras chileno de inmediato quise que vinieras a mi casa”, respondió a mi solicitud de hospedaje. Ella conoce las empanadas, el pastel de choclo, los terremotos y los “chilenismos”, necesarios para hacer amigos rápidamente ¿cachai?. Sin conocerme ella me entregó las llaves de su casa cuando llegué a la ciudad, eso se llama confianza, de esa que inspiras cuando tratas de ser tu mismo, aquí, en Stuttgart o donde quiera que vayas.

Santiago de Cuba, Cuba / Hay muchos lugares donde la gente no gusta de las fotos, pero hay otros donde te gritan desde una vereda a otra para ser retratados. Esto me ocurrió en el barrio Santo Tomás de Santiago de Cuba con la familia de doña Gloria mientras fotografiaba a otras personas frente a su edificio. Sus nietos son aficionados al boxeo, aquí un tío le enseña al sobrino, el sobrino practica con el hermano y el más pequeño sueña con seguir sus pasos algún día. En la fotografía de izquierda a derecha Adel, doña Gloria, Jariel, Kimbolo y Rubén.
Los retratos cuentan historias

La Habana, Cuba / Una de las cosas que más disfruto es relatar las historias de los lugares a través de los retratos de su gente, sus expresiones, su temperamento, su sensibilidad. Muchas veces no es necesario decir nada más sobre un retrato porque es el propio espectador el que completa la historia a través de lo que observa en la imagen. Las miradas, la atmósfera, la luz, hacen de la fotografía la mejor manera de descubrir un país.

Bogdan, Cracovia, Polonia / A Bogdan lo vi venir a la distancia en medio de la gente. Con sólo una señal él entendió inmediatamente que quería fotografiarlo. No hablamos ninguna palabra en el mismo idioma, pero me mostró un libro que traía bajo el brazo y me señaló su título. ¿Tu eres el autor?, le pregunté sorprendido, pero me respondió negativamente con la cabeza, indicándome nuevamente el título del libro. La gente que pasaba a nuestro alrededor se quedaba mirando pensando ¿quién será ese hombre?, ¿será alguien famoso tal vez?. Sobre el significado del libro nunca lo sabré, yo me quedo con el rostro amable de este hombre y los segundos de su vida que compartió conmigo.
Retratos Travelers Lugares