Julianne es una mochilera francesa que relata su incómoda pero valiente experiencia de viaje haciendo dedo en Argentina. Ella decidió viajar sola por Sudamérica, buscando libertad, paisajes increíbles y encuentros humanos auténticos. Pero durante una etapa de su aventura, vivió un momento incómodo y angustiante con un camionero que la acosó en la ruta. A pesar de esta mala experiencia, ella no renuncia a su sueño de seguir conociendo el mundo con su mochila al hombro.
«Viajar a dedo puede ser peligroso, pero vale la pena», dice esta valiente viajera francesa. Y tú, ¿te animas a salir a la ruta?
Entrevista: Nelson González Arancibia
Siempre me preguntan ¿no te da miedo hacer dedo, porque no sabes con quién te vas a encontrar? Pero, no sé. Creo que me gusta mucho la aventura, porque justamente no sabes qué va a pasar, con quién te vas a encontrar. Casi todo el tiempo son experiencias muy buenas y son más buenas porque no puedes esperar tal o cual cosa. La mayoría de la gente que para, no tiene mala intención y lo bueno es que tengo una intuición. Cuando es gente que tiene mala intención, cuando llegan y bajan la ventana o abren la puerta, yo siento si me subo o no.
«Aunque desde que abrió la puerta sentí que había algo raro, igual me subí»
Una vez no escuché este instinto, esto fue en este viaje por Chile y Argentina. No escuché el instinto porque la camionero que me llevó hacía el mismo recorrido que yo quería hacer. Era una ruta de 8 horas en auto y paró este camionero. Me dijo «voy a ese lugar». Me gustó encontrarlo, pensé que podía hacer todo el viaje con él. Aunque desde que abrió la puerta sentí que había algo raro, igual me subí, no escuché el instinto.
Como era un viaje largo, me dijo: «si vienes conmigo hasta allá, vamos a tener que dormir juntos». Yo lo miré así como «no, tengo mi carpa. Está bien, puedo dormir afuera» y después cambió el tema. Después llegamos a un pueblo y ahí me dijo «bueno, paramos un rato y nos vamos a duchar» y yo le dije «ya me duché en la mañana, está bien te espero». Pero insistió «no, vamos a bañarnos juntos» y yo lo miré así como, no. Entonces fue demasiado, me sentía incómoda con él y trataba de no escuchar cuando decía cosas así machistas. Pero eso fue demasiado, entonces me bajé y no dijo nada, pero igual me afectó.
«Tenía miedo porque sabía que él iba a pasar de nuevo»
Como estaba en un pueblo donde no había nada y quería seguir, seguí haciendo dedo. Pero tenía miedo porque sabía que él iba a pasar de nuevo. El tema es que en Argentina, casi todos los que te llevan son camioneros, entonces seguí haciendo dedo con los camiones y pasó lo que pasó. El paró, pero no pude reconocerlo porque los camiones todos se parecen y no se ve mucho la cara de los camioneros. Cuando me acerqué y abrí la puerta, él estaba ahí y me dijo: ¿viste cómo te enamoraste de mí? Y bueno, yo cerré la puerta, después lloré un rato porque estaba mal.
Más tarde seguí haciendo dedo y otro argentino me llevó. El fue todo lo contrario, un amor de persona. Lo pasé muy bien y justamente después de esta mala experiencia, llegó lo que me gusta de hacer dedo. Al final pasamos varios días juntos porque él también hacía el mismo recorrido que yo, quería ir a los mismos parques donde yo quería ir. Era muy tranquilo, me hizo sentir muy cómoda porque le dije lo que me pasó y hablamos de eso. Fue un encuentro muy bonito.
«Aún después de esta experiencia, no paré de hacer dedo»
Pueden pasar malas, cosas pero la mayoría de las historias que tuve son muy buenas y hacen de mi viaje la experiencia que es. Entonces por eso, aún después de esta experiencia, no paré de hacer dedo. Para mí sí puede ser peligroso, pero no es más peligroso que salir a la calle en la noche o que muchas otras cosas y por lo menos vivo experiencias inolvidables.
A mí siempre me preguntan pero ¿por qué estás sola?, ¿no te quiso acompañar tu novio, tu amiga, tu familia? Y yo siempre contesto que igual si podían venir, yo no quería que vinieran. Aunque me gusta viajar con amigos, es muy distinto. Viajar sola me gusta más por el viaje que quiero, o sea como viaje y no como vacaciones. Siento que para mí es más fácil así conocer a gente, estar realmente con ellos y no con mi amigo visitando un lugar. Así puedo hacer más conexiones.
«Si quiero caminar 50 km, puedo»
Y también del lado práctico, me permite hacer lo que quiero. O sea, si quiero estar durmiendo todo el día, puedo. Si quiero caminar 50 km, puedo y no tengo que pensar: «bueno, tal vez esta persona no quiere hacer eso, no quiere comer eso, pero me dice que sí, pero yo no. Y es muy complicado, así no tengo que hacer compromisos. Pero más que nada, se trata de poder conectar más con gente, porque no estoy siempre con una persona. Por ejemplo en este viaje estuve un tiempo con mi mamá y mi papá que vinieron a visitarme, también mi novio. En este periodo sentí que estaba más con la persona porque vino a visitarme, entonces quería aprovechar para compartir.
Si estoy sola en una hostal y hay otra persona sola, es más fácil empezar a hablar. Si yo estoy sola y hay un grupo o al revés, entonces por eso me gusta viajar sola.
¿Es peligroso para una mujer viajar sola?
También me preguntan si no es peligroso, si no tengo miedo y la verdad es que no. Me pueden pasar cosas en el viaje como me pueden pasar al lado de mi casa. De hecho viajar sola me da
mucha más confianza cada día para seguir. Siento que con esto de viajar sola, sí me siento más segura, con más confianza y entonces siento más a la gente mala y ellos no se atreven tanto a venir
a molestarme, porque creo que sienten que tengo esta confianza.
Entonces para mí, si más viajas sola menos te van a pasar cosas malas.
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